Cuando llegué a mi casa fui a buscar a mi mamá a su cuarto, y vi que estaban pasando por la televisión la repetición de las Torres Gemelas cayéndose. Al principio fue raro ver eso, no creía que fuera posible. Pasaban por la televisión a toda la gente que le sangraba la cara porque se habían tirado antes de que se cayeran las torres. Era impresionante y feo al mismo tiempo. Cuando terminé de ver eso no caía que hubiera pasado. Era raro saber que si algún día viajaba a los Estados Unidos no iba a tener la oportunidad de verlas.
viernes, 2 de noviembre de 2007
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